Medio Ambiente y Salud
"En las últimas décadas, el grado y la intensidad de la iluminación artificial de la noche se han incrementado de tal forma que hoy nadie puede negar sus efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud de las personas."
La progresiva ocupación de territorio por parte del ser humano provoca que los hábitats, ecosistemas y comunidades sensibles, se encuentren expuestos al impacto de la luz artificial en la noche, así como a los efectos directos de la contaminación atmosférica que reducen la calidad del cielo nocturno. Nuestro conocimiento actual de la gama completa de consecuencias ecológicas derivadas de la pérdida de calidad del cielo nocturno es todavía muy limitada. Se hace necesario tomar una mayor conciencia y responsabilidad de la necesidad de profundizar en la investigación y el desarrollo de metodología científica capaz de evaluar el alcance de estos fenómenos.
Actualmente se tiene abundante información sobre los efectos causados en determinadas especies migratorias que se guían por la luz de las estrellas, o sobre fenómenos tan evidentes como la muerte masiva por deshidratación de determinadas tortugas marinas desorientadas por las luces en sus playas natales. Pero la extensión de la noche artificial en el medio natural provoca otros impactos no tan conocidos o evidentes. Entre ellos destaca la alteración de los ciclos de ascenso y descenso del plancton marino, lo que afecta a la alimentación de las especies marinas, o las incidencias desfavorables sobre el equilibrio poblacional de muchas especies, resaltando ámbitos como la perturbación de Ia numerosísima fauna de insectos nocturnos y el equilibrio depredador-presa.
La luz regula los ritmos biológicos y fisiológicos de animales y plantas. Vivimos sincronizados con el ciclo planetario de 24 horas. En los animales, el apareamiento, la migración, el sueño, y la búsqueda de comida se determinan por la duración de la noche. Por esto, la emisión de luz artificial está estrechamente vinculada a la alteración de los ciclos naturales de los seres vivos.
Efectos de la iluminación en los ritmos biológicos de animales y plantas
- Reptiles - Disminución del peso corporal por dificultad de encontrar alimento al variar las condiciones de su hábitat. Pérdida de facultades de protección ante depredadores y elementos naturales. A las tortugas marinas les dificulta la búsqueda de un lugar seguro donde anidar sus huevos. La luz artificial provoca la desorientación de sus crías y no encuentran el mar.
- Insectos - Afecciones en el ciclo reproductivo de los insectos, los cuales se ven incapaces de atravesar las barreras de luz formadas por el alumbrado exterior. Disminución de la población de insectos, fuente de alimento de vertebrados e invertebrados, provocando un desequilibrio en la base de la cadena alimenticia. Impacto sobre la flora debido a la disminución de los insectos que realizan la polinización de plantas que se abren durante la noche.
- Mamíferos - Alteración del equilibrio entre depredadores y presas. Muchos necesitan cazar, la luz artificial dificulta esta labor. Aumento de la mortalidad, extinción.
- Aves - El brillo artificial del cielo nocturno provoca deslumbramiento y desorientación en las aves migratorias, haciendo que se desvíen y no lleguen a su destino. Aumento de la mortalidad al chocar con edificios, torres, tendidos eléctricos, etc.
- Plantas - Alteración en la fotosíntesis, proceso dependiente de la luz, ocasionando el envejecimiento prematuro de algunas especies o el adelanto de la floración. El cambio en la vegetación provoca la modificación del hábitat de los animales.
Efectos de la iluminación en la salud humana
Los científicos biomédicos han encontrado que la exposición a la luz durante la noche también tiene consecuencias para la fisiología humana. La utilización de las fuentes de luz artificial tras la puesta del sol ha permitido al hombre llevar a cabo tareas y gozar de diversas actividades durante mucho más tiempo. De hecho, la luz durante la noche se ha convertido en algo tan común que en muchos lugares del mundo la verdadera oscuridad está virtualmente desapareciendo. La luz nocturna, cuando es de suficiente intensidad y de la longitud de onda apropiada, es transducida a una señal eléctrica que viaja al sistema nervioso central. Esta señal altera la función del reloj biológico y en última instancia, la producción de melatonina en la glándula pineal. La melatonina, que se segrega fundamentalmente de forma exclusiva durante la noche, presenta una serie de importantes funciones que se pierden en el momento en el que existe exposición nocturna a la luz. Algunas de estas acciones incluyen la modulación del ciclo sueño/vigilia, la regulación de los ritmos circadianos, la sincronización, etc.
Aparte del riesgo de una mayor frecuencia de tumores, debido a las múltiples acciones de Ia melatonina como neutralizadora de radicales libres y antioxidante de amplio espectro, privar al cuerpo de esta importante sustancia puede contribuir a la iniciación, progresión o gravedad de toda una serie de enfermedades. Muchas enfermedades debilitantes, especialmente en ancianos, incluyen como parte de su proceso degenerativo Ia acumulación de daño oxidativo por radicales libres. Debido a su eficacia para privar al cuerpo de Ia melatonina pineal, está claro que debemos evitar la exposición a la luz durante la noche siempre que sea posible.
Desafortunadamente, evitar la luz nocturna es poco factible en el mundo actual. Por lo tanto, algunas alternativas más prácticas serían el desarrollo de fuentes lumínicas que excluyan las longitudes de onda específicas que inhiben la sintesis de melatonina, la producción de gafas o lentes de contacto que filtren estas longitudes de onda y la fabricación de pantallas para lámparas que reduzcan la luz que las traspasa.